martes, 17 de octubre de 2017

Amor meu

Perdóname si no puedo ser el coral
que se quede petrificado
en el fondo al que yo misma
te he arrastrado.
Donde no llega la luz del Sol.

Soy una niña pequeña aprendiendo a caminar

sin tu mano,
que se recrea en el gateo porque desde aquí tus ojos
me brillan con más amor.

De nuestro incendio

no nacerá más fauna,
las flores
quedarán muertas para hacer de banda sonora a
nuestro recuerdo.
A lo que podríamos haber sido.

Perdóname por ser esa

tormenta
de verano, que llega,
desbordándote
el dolor escondido,
despertándote
el cariño con el que me abrazabas.

Yo solo necesitaba que me arrastrases

contigo, que me elevaras, que me estrellaras, que me rompieras, que me quisieras, que me tirases...
pero que me levantases.
Que me levantases y
me mimases
como solo tú me
mima(ba)s,
me rogaras las heridas y me besaras
el perdón.
Y yo te lo besaría de vuelta encantada.

Quizá no pueda ser un coral

en tu hondo
pero sí la mínima y tímida luz que tus corrientes de agua calmada
enloquezca.