Ha pasado mucho tiempo desde que no te encuentro
y si no te encuentro me pierdo.
Te llevaste mi ánimo, mis ganas,
hasta el aire que contenían mis
pulmones.
Solo has dejado un nudo.
Un nudo en la garganta que me impide
gritar,
aunque quiera, y
llorar,
aunque muera.
Te has ido tú y contigo se ha ido la persona a la que más
amaba,
yo misma.
Ahora no sé quererme, conocerme,
ahora no sé ser
feliz.
Me araño la piel a ver si detrás de alguna cicatriz,
en lo más dentro de mí, queda
algo.
Pero nada.
No hay nada.
Solo queda sangre que no
bombea,
corazón
que no da vida,
entrañas
que no duelen.
Ya ni si quiera sé escribirte, o
escribirme.
Por favor que alguien te encuentre, o
me encuentre.
Al menos que alguien me escuche.