Ahora,
ella lleva
veneno
en los labios y cuando se
mueren por besarla
termina también
envenenada.
Teme
el olvido,
porque sabe que
algún día
sus huellas
se borrarán de la nieve,
perdiéndose tanto
como ella lo está ahora.
El día que sintió
su vacío,
fue porque
se inundó de
lágrimas.
Desde entonces,
la sonrisa
se le ha
roto
y no encuentra
abrazo que se la arregle.
Camina
desorientada
porque no tiene
lugar
al que ir.
Ya que
el olor de su cuello
era lo que llamaba
hogar.
Hay días que se siente
valiente y sueña con
huir,
sus cadenas
le recuerdan que
no tiene valor. Entonces,
se promete que
las romperá.
Se esconde del
tiempo
que le
recuerda
que lo está perdiendo.
Intenta jugar con él
y hacerle creer
que es él
el que la pierde.
Ella nunca gana.
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